¿Cómo elegir buenas compañías? – Profundas, auténticas y duraderas
Es probable que a lo largo de tu vida hayas tenido experiencias mejores y peores en cuanto a tu círculo de amigos. Quizás todavía mantengas una amistad que nació en la infancia o en la adolescencia y, con orgullo, sigas disfrutando del intercambio. Por otro lado, seguramente alguna vez te hayas decepcionado con alguien y hayas conocido los vínculos inestables, falsos o por conveniencia. Si bien no existe un aparato que nos permita detectar qué amistades son verdaderas y genuinas, y cuáles nunca serán fructíferas, cuando debas seleccionar a quién querés tener cerca, podés guiarte por algunas pautas.
Alejate de los inestables. La falta de inteligencia emocional o de sentido común en una persona garantizan confusión. Sus reacciones son inestables e impredeci- bles, y eso nos impide conocer realmente a quién tenemos al lado. ¡Evítalo!
No a las críticas. ¿Qué sentido tiene criticar a las personas que no aportan nada a nuestra vida? De alguna forma, ese comportamiento nos empobrece y nos hace perder tiempo. ¡Mejor alejarse y dejar de frecuentarlas!
Evitá los disgustos. Al ¡gual que las críticas, tampoco nos sirve amargarnos por alguien que no tiene una actitud positiva hacia nosotros. Pensar mucho en eso y engancharnos con su mensaje negativo sólo nos trae disgustos e inseguridad. Restale importancia y lugar en tu vida a ese tipo de personas.
Distinguí la intolerancia. Al conocer a alguien nuevo, analizá su comportamiento y tratá de identificar si tiene tendencias intolerantes e incomprensivas. ya que puede frustrarte y estancar tu evolución como persona.
No te amoldes. Adaptarte a las situaciones incómodas que te imponen los demás no te lleva a ningún lado más que a perder tu temperamento. Si no lo sentís, no intentes amoldarte para «encajar» con alguien. ¡Sé vos mismo!