Desterra las frases inconvenientes

Críticas: «No te queda bien ese traje», «Siempre te quejas». Este tipo de co­mentarios hacen sentir mal al otro y no aportan nada bueno.

Exigencias: «Deberías actuar de otro modo», «No sos tan afectuoso como querría». Las presiones nos estresan y nos crean culpas. Evítalas.

Amenazas: «Si no llegas a la hora que acordamos, me voy a enojar», «Más vale que cumplas con lo que pacta­mos». Ten cuidado: estas expresiones son muy hostiles y sólo generan resen­timiento y sumisión.

Órdenes: «Vas a hacerlo porque yo lo digo», «Cumple con lo que te pedí». Tratar de imponer autoridad median­te este tipo de frases arruina la comu­nicación.

Interrogatorios: «¿De dónde vienes tan contento?», «¿Porqué llegas tarde?». Al igual que las exigencias, las preguntas desmedidas bloquean el diálogo. Consejos inoportunos: «Si fueras or­denado, encontrarías lo que te falta», «Si me hubieras hecho caso, no esta­rías así». Cuando el otro no nos pide una opinión, sólo escuchemos. Los consejos no pedidos terminan resul­tando una molestia.

problemas de dialogo